Duele, lo sé. Nadie dijo nunca que la muerte de un corazón doliera tanto. Nadie te avisó. Nadie estuvo ahí cuando te dieron el golpe final y pensaste que el dolor acabaría hundiéndote por completo, estuviste sola, arrodillada en el suelo, con el corazón sangrando sangre invisible. Cuesta, también lo sé. Cuesta salir del vacío, del dolor. Nunca olvidarás el día en que murió tu corazón.
Lo sé, nunca lo he olvidado.Nadie me lo dijo.
La peor muerte que existe, es la de un corazón.