La confianza es algo frágil.
Una vez ganada, nos ofrece una tremenda libertad. Pero una vez que la confianza se pierde es imposible de recuperar. Pero por supuesto, la verdad es, que nunca sabemos en quien podemos confiar. Aquellos más cercanos pueden traicionarnos. Y perfectos extraños pueden venir en nuestro rescate. Al final, la mayoría de la gente decide sólo confiar en sí misma. Realmente es la forma más fácil de evitar quemarse.