martes, 23 de agosto de 2011

· Tu alma ya tiene precio

Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio

El Juego del Ángel

2 comentarios:

  1. Recien aterrizado de vacaciones, gracias por tu visita y siento que justo desapareciera al llegar tú :-)

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