domingo, 27 de noviembre de 2011

· Una noche, no volvió.

-¿Estabas enamorada?
+ Sólo por la noche. Él no entendía nada de mí. Sólo mi cuerpo. Y yo entendía el suyo. De día le despreciaba. Pero no podía vivir sin él. Me traicionaba, me humillaba y después con un beso le perdonaba todo. Una noche, no volvió. Se había ido con otra. Sin una palabra. Pero con las prisas, se olvidó la pistola. Yo pensaba: ¿Me disparo o le disparo a él? Pero de repente me vi frente al espejo y empecé a cepillarme el pelo así, despacio, pasada a pasada y se me iban deshaciendo los rizos (...) con la centésima pasada el pelo estaba liso. Me miré
Él ya no tenía poder sobre mí.Era otra. 

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