Te llevaste todo de
mí. ¿Cuándo? ¿Cómo ocurrió? Tal vez ocurrió aquel instante en que entraste con
aire distraído por la puerta y yo pensé que eras muy raro, tal vez fue el
momento en que se te ocurrió mirarme, sonreírme y hablarme, todo a la vez. O
tal vez, quien sabe, fueron esos minutos que malgastabas acompañándome a casa o
puede incluso aquellas tardes perdidas mirando las estrellas tumbados en el frío
suelo de un parque.
Algunos dicen que fue
cuando empezaste a mirarme diferente, o cuando se te ocurría de vez en cuando
cogerme de la mano y bailar conmigo sin importarte el sitio, o cuando me
susurrabas cualquier cosa subida de tono para que me pusiera roja como un
tomate por que te encantaba verme sufrir.
¿Cuándo? ¿Cómo? No lo
sé, te llevaste todas las respuestas contigo.
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