La nubes lloran sobre ti. Sus lágrimas resbalan por tu cuello y mueren en la piel de tus clavículas. Golpean las llemas de tus dedos, juguetean con tus pestañas . Nunca en toda tu vida habías sentido esa efímera libertad. Ahora eres tú la que lloras, nadie te juzga, nadie te decepciona, nadie te engaña. Y no sufres.
La nubes lloran sobre ti. Y son sus lágrimas las que mojan tu pelo, las que te hace olvidar.
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